miércoles, 30 de enero de 2013

¡Señor, sí señor!

Cuando se alistó en el ejercito, Brendan Marocco nunca pensó que la experiencia militar cambiaría su vida por completo y radicalmente. Sin embargo, el destino quiso que en Abril de 2009, un obús impactó de lleno contra el vehículo en el que viajaba, el fatal desenlace fue la pérdida de sus cuatro estremidades, ambas piernas y ambos brazos. Se temió lo peor, la muerte. Pero gracias a los tratamientos recividos regresó a su casa cargado de optimismo y vitalidad.

Gracias a unas prótesis biomecánicas ha recuperado algo indispensable para llevar una vida normal: la capacidad de andar. Y a partir de ahora, también podrá utilizar los brazos, pues le han trasplantado las extremidades superiores en el hospital Johns Hopkins, de Baltimore (Estados Unidos).

Tras la operación, Brendan declaró: "Ahora soy yo de nuevo, nunca acepté el hecho de no tener brazos, así que ahora que los tengo, es como si nunca hubiera pasado".

Ojalá esta experiencia le haya hecho abrir los ojos y descubra que la guerra solo trae miseria, desolación, dolor, injusticia. Es de bien nacidos ser agradecido, y el mejor agradecimiento sería ayudar a parar las injustas guerras que solo benefician a los poderosos y empobrecen aún más a los desprotejidos. La guerra es el mayor de los fracasos para el hombre.


2 comentarios:

  1. Ojalá más gente comprendiera que las guerras son lo peor para todos, incluso para los que las vencen

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  2. En las guerras no hay ganadores o vencidos, simplemente hay dolor por las pérdidas que se producen en ambos bandos.

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